lunes, 14 de mayo de 2007

Sigo pensando...

... en el calor que nos reconforta, en el calor que nos desentumece los músculos y las articulaciones cuando la primavera empieza a vencer al frío invierno, y el sol comienza a aparecer entre las nubes. Ese sol, siempre cálido, pero que todavía no resulta abrasivo. Ese sol, que nos recarga las pilas y nos permite empezar de nuevo, continuar con la batalla del día a día. Ese sol, primaveral, que hace florecer todas las plantas. Que nos inunda de buenos sentimientos. Ese sol, "virginal", que aunque lo conozcamos bien y le tengamos tomadas las medidas, cada año nos sorprende y nos embriaga, con ese calor que nos viene de dentro. Con ese calor que nos nubla los sentidos. Con ese calor/amor que nos recuerda que estamos vivos. Con ese calor/AMOR que nos llena de romanticismo...

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