jueves, 1 de noviembre de 2018

Halloween

Y de repente me desperté, no se si fué una sensación o un ruido creo que lo segundo porque nada mas abrir los ojos no dejaba de mirar hacia la puerta de la habitación, que yo sabía que estaba abierta. Dormía en una habitación con dos literas yo dormía en la parte de abajo de la que estaba junto a la puerta y allí en el marco en plena oscuridad absoluta podía verlo, podía sentirlo.Era una criatura extraña, más oscura que la noche, pequeña, como de un metro de altura, tenía piernas de cabra y una cola fina acabada en flecha, su cabeza desproporcionadamente grande tenia orejas puntiagudas y unos ojos rojos que brillaban en la oscuridad...... estaba aterrorizada, paralizada, tenia siete años y no podía entender que era lo que estaban viendo mis ojos, mientras, le veía caminar delante de mi cama y dirigirse a los pies de esta, se quedó allí mirando a la cara de mi hermana mayor que dormía en la litera contigua, ella se despertó supongo notando una presencia que la observaba y al ver, mejor sentir lo que tenía delante entró en pánico y se desmalló, así que la criatura tranquilamente se giró se puso a los pies de mi litera y esperó. Ahora ya no la veia pero seguía notando su fuerte presencia, tenía mucho, mucho miedo así que pensé que si bajaba de la cama y encendía la luz mis hermanas se despertarían y me salvarían de esa criatura que me esperaba para hacerme algo terrible.
Así que ahora completamente despierta me dispuse a bajar de la cama. Al intenar bajar los pies di contra una pared fría me extrañó mucho ya que dormía con mi hermana pequeña y como ella tenía miedo siempre se colocaba al lado de la pared para sentirse mas protegida así que no entendía como podía haberme dado la vuelta durmiendo dos personas juntas, bueno... intenté con mucho cuidado de no despertarla bajar por su lado pero al estirar la mano di contra otra pared, esta era suave, la toqué la palpé fui con mi palma tocando hasta la mitad y si era contra la que reposaba mi litera, no entendía que pasaba me situe en mitad de la cama con los dos brazos extendidos y si allí habían dos paredes una la de papel pintado que habíamos tenido tantos años la otra ladrillo y cemento no podía entender que pasaba estaba aterrorizada mientras sentía como la criatura se reía de mi y de su astuto tunel que habia preparado para que yo saliese por ahí.
Notando mi nerviosismo mi hermana se despertó, asi que le pedí que pusiese su espalda contra la mía, quería asegurarme a toda costa de que era verdad, así que ella lo hizo con preocupación pero sin entender muy bien que era lo que pasaba, ella tocaría la pared de papel y yo en la dirección que se suponia era el espacio abierto, ahora con la seguridad de saber que el otro lado estaba cubierto, estiré mis brazos esperando no tocar nada y salir ya de ese infierno en el que se estaba convirtiendo la noche pero no fue así, lo que toqué... lo que noté fue ese ladrillo frío y húmedo podía notar con mis dedos el cemento que ya había tocado y palpado antes, dibujando perfectamente su silueta terrible, seguia sin concebir lo que sucedia y mi hermana lo noto al instante.
-¿Qué pasa Sara?
- Me quiero bajar de la cama y no puedo... hay una pared.
-¿Cómo que una pared?
- Solo hay hueco a los pies de la cama y no pienso salir por ahí .
Ante mi contestación mi hermana se puso a llorar muy histerica daba gritos de miedo sin saber que era lo que nos esperaba al final de la cama, por suerte, del gran escandalo despertó a mi otra hermana, la que dormía en la litera de arriba, se despertó y rápidamente encendió la luz y bajó para ver que era lo que nos sucedía y mientras la consolaba para que dejase de llorar yo no paraba de buscar a la criatura que me había estado aterrorizando toda la noche, por supuesto con la luz desapareció.
Aquella noche ya no volví a dormir y durante mucho tiempo vigilé la puerta hasta que caía rendida de sueño, que decir que desde entonces duermo con una luz encendida y la puerta cerrada para que la criatura no vuelva a venir y dejo que la gente diga que soy una excéntrica por hacer esas cosas, y así, pasó el tiempo y los años y al final lo contaba como si hubiese sido un sueño y quedó en el olvido durante muchos años... hasta que un día una de mis hermanas durante una cena en su casa me explicó como una noche vió a un demonio en nuestro cuarto y se desmayó de la impresión.