Aquí, encerrado en mi altillo, sueño con cosas que nunca seré. Anhelo deseos de otros. Vivo las vidas de los que pasan por la cale. Desde aquí, mi altillo, los veo encerrados en sus vidas, viviendo siempre las mismas historias. Repitiendo los mismos errores. Yo en cambio soy feliz. Vivo las vidas de otros. Veo... al enamorado esperando en el banco. Con unas rosas en la mano (rojas, por supuesto) deseando que llegue ella. Deseando que esta vez funcione, se le pierde la mirada, y en el fondo de las pupilas se le pude ver recordando las aventuras pasadas. Los sueños rotos. El corazón partido. Una mueca de alegría se le dibuja en la cara, recordando cuando la conoció a ella (a su futuro intento) como se fue "enamorando" y como esta noche en su primera CITA OFICIAL. Espera. Confirmar. Que ella siente lo mismo. Pero el rato pasa y el se impacienta. Empieza a caminar arriba y abajo.
Y finalmente se va.
Es lo que tiene el amor a veces no sabes quien te lo va a corresponder. Es lo bueno de vivir en mi altillo. Aquí sólo me legan los sentimientos de otros.
Al cabo de un rato un taxi se para delante del banco y baja una muchacha. Su cara muestra angustia. Mira la calle de izquierda a derecha y no encuentra lo que busca. Se sienta en el banco. Se pone las manos en la cara y se echa a llorar...
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