Aquí os dejo el segundo final para la historia...
...dejar
de pensar en ella.
Ella…
Ni siquiera se atrevía a pronunciar su nombre. No entendía como
había podido pasar. Cuando decidió dejar la investigación se juró
seguir adelante y no volver a pensar en ello.
Pero
era obvio que no podía, ni siquiera con cuatro copas. Se sentía
culpable por todo lo sucedido, en su interior sabía que era su
responsabilidad.
Así
no podía protegerla como debía hacerlo. Cuando entró en el
programa de protección de testigos sabía que no podía implicarse
emocionalmente… típica frase de película… Claro que se implicó
emocionalmente, ¿cómo no hacerlo? Ella era perfecta, a pesar de su
pasado…
¿Qué
debía hacer? Rellenaría los informes y se marcharía lejos, ya lo
había decidido… ¡Sí! Eso haría… Pero como marchar sin tener
la seguridad de que ella estaría a salvo? Cómo dejar atrás el
amor?
En
ese momento sonó el teléfono, era ella, la habían encontrado, una
llamada con número oculto a su móvil, la habían amenazado.
Piensa,
piensa rápido. Seguro que tenemos un topo en la comisaría. No puede
ser, no lo permitiré, iré a buscarla y… y… nos fugaremos. Sí.
Debo protegerla, es la única manera.
Y
juntos se fueron, no se sabe donde, ni cuanto tiempo estuvieron
juntos pero, ¿quién no daría su vida por un instante de amor
verdadero?
No hay comentarios:
Publicar un comentario